Moisés 1:1 Las palabras de Dios, las cuales habló a Moisés en una ocasión en que Moisés fue arrebatado a una montaña extremadamente alta
La “ocasión” en la que se produce está visión, ocurrió entre el episodio de la visión de la zarza ardiendo (ver. 17) y la liberación de Israel de Egipto (vers. 25-26).
El Señor ocupó la cima de las montañas para hablar con algunos profetas en la antigüedad. Algunos como Enoc (Moisés 7:2-3), Mariáncumer (Eter 3:1), Exzequiel (Exzequiel 40:1-2) Juan (Apocalipsis 21:10), Nefi (1 Nefi 11:1) y Moisés experimentaron ser llevados a lo alto de una montaña para gozar de una visión celestial.
La Montaña es símbolo de lo sagrado. Es el punto de encuentro entre el cielo y la tierra, lo celestial y lo terrenal, es donde se comunica lo divino con lo humano y el punto donde el mundo temporal en el cual vivimos recibe sustancia de Dios.
El “templo” en su construcción representa la montaña y la “montaña” representa el “templo” y el altar donde las manifestaciones, revelaciones y ordenanzas son recibidas por el poder de Dios. Es aquí donde los misterios de la divinidad son manifestados y revelados a los profetas de Dios.
José Smith enseñó que fue en un monte que Pedro, Santiago y Juan recibieron las llaves del sacerdocio (Ens. Profeta José Smith 172), por medio de Jesús, Moisés y Elías, quienes esperaron a que los santos construyeran el Templo de Kirtland para entregárselas a José Smith y a Oliverio Cowdery.
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