Moisés 1:2 y vio a Dios cara a cara, y habló con él, y la gloria de Dios cubrió a Moisés; por lo tanto, Moisés pudo soportar su presencia.
Toda revelación desde la Caída ha venido por medio de Jesucristo, quien es el Jehová del Antiguo Testamento. En todos los pasajes en los que se menciona a Dios y en los que se habla de su manifestación, se habla de Jehová. Fue Jehová quien habló con Abraham, con Noé, con Enoc, con Moisés y con todos los profetas. El es el Dios de Israel, el Santo de Israel; el que sacó a aquella nación de su cautiverio en Egipto y el que dio y cumplió la Ley de Moisés. El Padre nunca trató directa o personalmente con el hombre después de la Caída, y nunca se ha mostrado a no ser para presentar y dar testimonio del Hijo. Así tenemos que la Versión Inspirada dice que “ningún hombre ha visto a Dios... a no ser que él haya dado testimonio del Hijo”. (Joseph Fielding Smith, Doctrina de Salvación, 1:15)
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