Presidente Joseph F. Smith |
Es mi intención complementar el artículo anterior sobre el origen de Adán y Eva, y también de la vida de este planeta. Las escrituras mormonas y los profetas se han referido a estos temas, dándoles a los mormones la posibilidad de comprender cómo se puso la vida en nuestro planeta.
Lucas escribió que Adán era “hijo de Dios” (Lucas 3:38), y el Libro de Moisés declara, “ésta es la genealogía de los hijos de Adán, que fue el hijo de Dios” (Moisés 6:22). La declaración de las escrituras de que el hombre fue formado de “el polvo de la tierra” parece significar la creación por concepción y nacimiento. Dios le pidió a Adán que enseñara a sus hijos, “como habéis nacido en el mundo mediante el agua, y la sangre, y el espíritu que yo he hecho, y así [de esta forma] del polvo habéis llegado a ser alma viviente (Moisés 6:59, énfasis agregado).
En una conferencia de estaca un 7 de Diciembre de 1913, el Presidente Joseph F. Smith compartió el siguiente poderoso testimonio, “Yo sé que mi Redentor vive; . . sé que Dios es un ser con cuerpo, partes y pasiones y que Su Hijo es a Su propia semejanza, y que el hombre es creado a la imagen de Dios. . . el hombre nació de una mujer; Cristo, el Salvador, nació de una mujer. . . Adán, nuestro padre terrenal, también nació de una mujer. . . así como Jesús y ustedes y yo.(Man a Child of God,” Church News, 19 Septiembre 1936, 2, 8).
En 1936 la Church News citó lo siguiente de un curso de estudio oficial para el sacerdocio de 1910: “El hombre desciende de Dios: De hecho, él es de la misma raza que los Dioses. No desciende de formas inferiores de vida, si no de la más Alta Forma de Vida; en otras palabras, el hombre es, en el sentido más literal, un hijo de Dios. Esto no es sólo verdad sobre el espíritu del hombre, si no de su cuerpo también. Nunca hubo un tiempo, probablemente, en todas las eternidades del pasado, cuando no hubo un hombre o hijo de Dios”. (Man a Child of God,” Church News, 19 Septiembre 1936, 2, 8).
En el tema del rechazo a la teoría de la evolución del hombre, Joseph Fielding Smith propuso su idea del trasplante de vida de otros sitios: “¿No os parece que se una noción tonta y ridícula que cuando Dios creó esta tierra tuvo que formar protoplasma, y tomar millones de años, so no billones, para que estuviesen las condiciones en las que sus hijos e hijas pudiesen obtener cuerpos hechos a su imagen? ¿Por qué no la ruta más corta y trasplantarlos de otras tierras como lo enseñan las escrituras?” (Man, His Origin and Destiny, 276-277).
Os digo, la vida no comenzó espontáneamente sobre esta tierra. No fue así su origen. La vida ya existía mucho antes de que nuestro sistema solar fuese traído a la existencia. El hecho en sí es este: no ha habido nunca una época en la que el hombre —hecho a imagen de Dios, varón y hembra— no haya existido. El Señor le reveló a José Smith esta verdad: que en el principio el hombre estaba con Dios.
El Señor nos ha dado la información concerniente a sus creaciones y cómo El ha hecho muchas tierras (mundos), porque nunca hubo un principio, nunca hubo una época en la que el hombre no haya existido en alguna parte en el universo, y cuando llegó el tiempo de que esta tierra fuese habitada, el Señor, nuestro Dios, transplantó en ella, tomándola de otro mundo, la vida que aquí se encuentra.” (Doctrina de Salvación, Tomo I, págs. 134-135)
Este es un tema hermoso del mormonismo, aunque a veces, por exponerlo en internet tan abiertamente es como tirar perlas a los cerdos, pero sigue siendo una verdad y ojalá sea recibida con buenos ojos de quienes busquen y aprecien la verdad.