No deja de sorprendernos que Caín se haya molestado cuando se entera que el Señor no aceptó su ofrenda, esto habla de otros defectos de Caín, como su orgullo, vanidad, hipocresía. Nunca estuvo en sus planes agradar al Señor, por el contrario, su plan era agradar a Satanás quien le había ordenado ofrecer esta ofrenda al Señor. El motivo de Satanás de mandar a Caín hacer una ofrenda era provocar a Caín y arrastrarlo más hacia la maldad hasta perder cualquier favor de parte de Dios.
José Smith nos dice sobre la razón de la no aceptación por parte de Dios de esta ofrenda: “Abel ofreció a Dios un sacrificio aceptable de las primicias del rebaño. Caín ofreció del fruto de la tierra, y no fue aceptado porque no pudo hacerlo con fe; no pudo haber tenido fe, o mejor dicho, no podía ejercer una fe que se opusiera al plan celestial. La expiación a favor del hombre debe ser el derramamiento de la sangre del Unigénito, porque así lo disponía el plan de redención; y sin el derramamiento de sangre no hay remisión; y en vista de que se instituyó el sacrificio como tipo o modelo mediante el cual el hombre habría de discernir el gran Sacrificio que Dios había preparado, era imposible ejercer la fe en un sacrificio contrario, porque la redención no se logró de esa manera, ni se instituyó el poder de la expiación según ese orden. Por consiguiente, Caín no pudo haber tenido fe” (Enseñanzas del Profeta José Smith, págs. 62-63).
Más adelante el Profeta enseña : “cuando Caín también estaba autorizado para ofrecer sacrificio, fue maldecido por no ofrecerlo en justicia. Significa, pues, que se deben observar las ordenanzas precisamente como Dios lo ha señalado, porque de lo contrario, su sacerdocio les será por maldición en lugar de bendición” (Enseñanzas del Profeta José Smith, pág. 186).
Como la fe se muestra por las obras, el Profeta nos dice que la falta de fe en Jesucristo Caín la manifiesta presentando una ofrenda que no consistía en derramamiento de sangre. Caín nació después de que se les explicara, por medio de un ángel, el motivo de los sacrificios a Adán y a Eva. Él sabía exactamente qué significaba o simbolizaba el derramar la sangre de un animal en un altar. Hasta entonces este y sólo este tipo de ofrenda era la que Dios había pedido (Moisés 5:5). Existe la tradición de creer que por motivos de que Caín labraba la tierra y Abel era pastor de ovejas es que presentaron ofrendas del fruto de la tierra y del rebaño respectivamente. Pero no es así, lo que Caín debía haber hecho era tranzar con trueque o de alguna otra forma sus frutos por un cordero que calificara para ser ofrendado. El presentar una ofrenda del fruto de la tierra puede verse claramente como un hecho de rebeldía o repudio hacia la expiación. Por tanto las dos causas principales para haber rechazado la ofrenda de Caín son que no presentó la ofrenda de un cordero, y que lo hizo porque Satanás se lo mandó.
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