Cuando Elohim introdujo a Adán en el Jardín de Edén le enseñó las condiciones para permanecer en él, indicándole que tiene la posibilidad de alimentarse de cualquier fruto, menos del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, cuya consecuencia sería la muerte, en las palabras de Elohim “el día en que de él comieres, de cierto morirás”. ¿Cómo murió Adán en ese día?
Existe la idea generalizada que la muerte a la cual Dios se refiere es la muerte espiritual, la expulsión del Jardín, quedando excluido de la presencia de Dios. Esta creencia se debe por que fue la consecuencia casi inmediata producto de comer de ese fruto prohibido. Pero se debe considerar que la muerte física también corresponde a una consecuencia en ese día.
Se puede considerar sin duda que el tiempo, los días, cualquier medida de tiempo antes de la caída correspondía con el tiempo del Señor, y no con el que estamos acostumbrados a medir el paso de los días y horas. Si simplemente pensamos que podemos usar la equivalencia de un día de Dios mil años nuestros (2 Pedro 3:8), podemos entender que Adán murió físicamente el día que participó del fruto, pues vivió menos de mil años. Y de esta forma la palabra de Elohim permanece inmutable, cumpliéndose cabalmente con la advertencia que hizo al hombre, el cual murió espiritual y físicamente ese día.
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