Creo que la experiencia que tuvo Moisés con Satanás nos deja algunas enseñanzas valiosas. El hecho de tener experiencias espirituales con frecuencia nos ayudan a distinguir con más claridad el engaño. Moisés venía de tener una experiencia maravillosa con Jehová, la recordaba perfectamente porque había sido hace algunas horas. Es por eso que él puede distinguir con claridad la no gloria de Lucifer, sus tinieblas, y recordaba exactamente cómo era la gloria que lo había cubierto al conversar con el Señor.
“Y aconteció que cuando Moisés hubo pronunciado estas palabras, he aquí, Satanás vino para tentarlo, diciendo: Moisés, hijo de hombre, adórame. Y sucedió que Moisés miró a Satanás, y le dijo: ¿Quién eres tú? Porque, he aquí, yo soy un hijo de Dios, a semejanza de su Unigénito. ¿Y dónde está tu gloria, para que te adore? Porque he aquí, no hubiera podido ver a Dios, a menos que su gloria me hubiera cubierto y hubiera sido transfigurado ante él. Pero yo puedo verte a ti según el hombre natural. ¿No es verdad esto? Bendito sea el nombre de mi Dios, porque su Espíritu no se ha apartado de mí por completo, y por otra parte, ¿dónde está tu gloria?, porque para mí es tinieblas. Y puedo discernir entre tú y Dios; pues él me dijo: Adora a Dios, porque a él sólo servirás” (Moisés 1: 12-15).
A Moisés le bastó con su propio discernimiento para descubrir la farsa de Satanás. No fue el mismo caso con José Smith, quien al aparecerse Satanás no lo pudo distinguir como claridad, ya que apareció como un ángel de luz. José necesitó de la ayuda divina, los cielos enviaron a Miguel para ayudarle a distinguir la verdadera gloria: “¡La voz de Miguel, en las riberas del Susquehanna, discerniendo al diablo cuando se apareció como ángel de luz!” (D y C 128:20).
Si José, que tuvo experiencias únicas con la divinidad, experimentó dificultad en poder distinguir a Satanás, veremos la necesidad de vivir este principio que enseña Moisés, de que en la medida que experimentemos con mayor frecuencia nuestras experiencias espirituales, al venir Satanás y presentarse como una duda razonable, algo que no es tan malo, etc. cualquier tipo de engaño, podremos tener fresco en nuestra memoria y en todos nuestros sentidos lo que es seguir a la luz, y distinguiremos con claridad su intento vacío.
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